“El campo del intelectual es por definición la conciencia. Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país en una contradicción andante y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra”, decía Rodolfo Walsh, que había nacido el 9 de enero de 1927, y lo desaparecieron el 25 de marzo de 1977 en Buenos Aires.
Cavilando un poco. Pensando en él y en nuestro oficio y en la guerra cotidiana por informar, nos preguntamos ¿porqué los medios, en especial los audiovisuales, tienen tanto poder?
La psicología responde: el poder de los medios masivos es inconmensurable porque la materia prima con la que trabajan, es la misma que constituye el aparato psíquico humano.
Éste se conforma, en relación con el otro, en una matriz cultural que lo recibe con cuerpos concretos: le transmiten un bagaje de creencias y valores culturales, de desvalores, de afectos como el amor y el odio, lo deseable y lo indeseable, el rechazo y la aceptación, etc.
Y esto se vehiculiza, o se construye, con tres pequeños ladrillos: las palabras, las imágenes y los afectos.
Estos tres ladrillos conforman el aparato psíquico humano y con ello se arma todo: una teoría científica, una creencia religiosa, un delirio, un sueño, un criterio de realidad, todo.
La materia prima que los medios producen y distribuyen a domicilio todos los días está constituída de los mismos elementos que la psiquis humana: las palabras, las imágenes y los afectos.
La ideología, valores, afectos, las concepciones identitarias de lo bello, lo horrible, lo deseable, lo ridículo, lo aceptable o no aceptable, se trasmite tanto en una novela como en un noticiero.
¿Entonces?
Entonces podemos decir que con un recorte de la realidad “de lo que pasó” se puede hacer cualquier ficción: la mentira se construye, la verdad no es verdad.
Me gusta esa canción de Divididos que dice:
¿Qué ves?..
¿Qué ves cuando me ves?
Cuando la mentira es la verdad…
Todos los días se construye subjetividad, opinión, criterios de toda índole y color que se meten en tu casa a traves del televisor. Entonces, se me ocurre, la preguntita sería: ¿qué ves cuando ves la tv?
Al primer golpe de vista todo es muerte, corrupción, inflación, asesinatos, y siguen las firmas. La batalla, entonces, es por la subjetividad, por el cómo ve cada uno la realidad que lo rodea, y al mismo tiempo es por la cultura, por ver quien produce más productos culturales para así manejar el mensaje, y entonces manejar la cultura que es la base de esa subjetividad, de esos sentimientos y pensamientos mixturado con imagen y discurso.
La nueva ley de medios audiovisuales, entonces, es la batalla cultural a ganar para una sociedad libre. Y el poder sabe que no la debe perder.
En memoria de Rodolfo Walsh que creía fervorosamente en “la fuerza de la palabra”…
Porque son tiempos de despertares, de cotidianas humildades.
Tempos de sones y libertarios mantras.
Porque también es tempo de un tiempo feroz: el de matar egoísmos.
Porque el coraje tiene dos amores: el corazón de los valientes y los locos de amor.
Entonces querido Rodolfo, sería prudente dejar que nos asistan sus acalladas palabras.
Lo que resta es cuestión de tiempo.
A cantar revoluciones Rodolfo que ya es tempo.
"A 84 años del nacimiento de Rodolfo Walsh."
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