Sobre la naturaleza de las ratas

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El jueves 28 de octubre de 2010, Joaquín Morales Solá escribió en La Nación la nota titulada Jamás dejó el poder. Obviamente se refiere a Néstor Kirchner, a su muerte y a los resultados de una supuesta encuesta que lo habría matado. Es por eso que el periodista mencionado concluye: “Una vida sin poder no era vida para Néstor Kirchner. Por eso, quizás, su vida y su poder se apagaron dramáticamente enlazados. El final del poder era, para Kirchner, el final de la vida. O de una forma de vivir tal como él la concibió.”
El argumento de Morales Solá es que por el poder Kirchner hacía cualquier cosa: mentir, engañar etc. De hecho, y después de muerto como para que nadie pueda desmentirlo, cita una supuesta conversación que tuvo con el ex presidente argentino que según él “lo pintaría de cuerpo entero”.
“-Usted sabe que lo que me imputó es absolutamente falso - le dije.
-Sí. Pero usted quiere que otro presidente ocupe este despacho- me respondió.
-¿No cree que estamos hablando de dos cosas distintas?-le pregunté.
-No, me contestó, y pasó de inmediato a hablar de otro tema.”
A mí se me ocurrió, mientras leía la nota, una supuesta conversación que yo mismo podría haber tenido con Joaquín Morales Solá. Sería más o menos así:
-Usted sabe que es imposible comprobar muchas de las cosas que dice?, le preguntaría.
-Sí. Pero usted es kirchnerista, me respondería
-¿No cree que estamos hablando de dos cosas distintas?, le diría.
-No, me contestaría. Agacharía la cabeza y empezaría a escribir otro editorial.
La nota transcurre entre afirmación y afirmación que nunca podrán ser constatadas o bien que son de un psicologismo tan vulgar que todavía no entiendo cómo ningún colegio profesional lo demandó por ejercicio ilegal de la disciplina.
Me gustaría citar, para terminar, otro pasaje de la nota que es realmente imperdible. “Una vez habló por teléfono con la periodista Magdalena Ruíz Guiñazú para pedirle disculpas porque había borrado la legendaria Conadep de un discurso suyo. Magdalena, sincera y frontal, le reprochó que se dejara llevar por la versión del pasado que le daba Hebe de Bonafini. "Es muy sectaria, pero yo la tengo cerca sólo para contenerla", le respondió el entonces presidente.” 
Nuevamente, se cita una conversación que Kirchner nunca podrá desmentir. Supuestamente, como está el nombre de Magadalena Ruiz Guiñazú tendríamos que creerle. Pero, ¿saben ustedes qué opinaba la periodista del golpe de 1976 justo cuando ocurrió? Investiguen, yo… no les creo.
Sobre todo viendo a Hebe y a Cristina dándose ese abrazo entrañable. Sobre todo después de ver todos esos pañuelos blancos cubriendo los restos mortales del ex presidente.

Gracias. Por estar siempre a nuestro lado

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Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada (Néstor Carlos Kirchner- 25 de mayo de 2003).

Agitación y propaganda

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Lo sucedido el miércoles 20 de octubre sigue prendido a mis pensamientos. El asesinato de Mariano Ferreyra continúa dando vueltas en mi cabeza y me dispara infinidad de preguntas sobre lo sucedido ese día, sobre las causas que pueden haber configurado un hecho de tal magnitud y, también, algunos interrogantes acerca de cómo se fueron desenvolviendo los acontecimientos en los días posteriores.

Además, desde aquel fatídico día vengo experimentando unas ganas incontrolables de sentarme a escribir. Esta sensación muchas veces se vio frustrada por la muerte misma; pareciera que el asesinato del militante del Partido Obrero me limitara, es como si coartara cualquier intento de reflexionar críticamente sobre aquellos que buscan en el gobierno un chivo expiatorio de lo sucedido y en el secretario general de la CGT al autor intelectual de este horrendo crimen.

Pero bueno... aquí estoy. Decidí hacer a un lado mi culpa cristiana y dejarme llevar por mis reflexiones y una necesidad imperiosa de ordenar ideas. Voy a empezar por algo básico, tal vez sin mucha relación con los acontecimientos en un primer momento, pero que creo es un buen punto de partida.

Los partidos troskistas -no solo los argentinos- tienen una forma de agitar y hacer propaganda que heredaron de las prácticas del propio Lenin en los años anteriores a la revolución rusa. El activista y agitador debe poder argumentar que el problema más ínfimo de cualquier trabajador es una consecuencia de la explotación del modo de producción capitalista. De esta forma, la inflación, la falta de insumos en un hospital, no poder viajar en hora pico en el subte y la burocracia de los trámites estatales es culpa del capitalismo y su modelo de explotación del hombre por el hombre.

Si esto mismo lo planteáramos en términos nacionales, cualquier tipo de problema laboral que pudiera surgir es culpa del gobierno hambreador de Cristina Fernández de Kirchner y de las dirigencias burocráticas y traidoras de los sindicatos. En este sentido, con o sin asesinato -y cualquiera hubiera sido el resultado de la protesta- la culpa hubiera sido de los anteriores. Incluso si hubiera habido una victoria para los que se manisfestaban esto también hubiera pasado, ya que se hubiera dicho que las comisiones internas combativas le arrancaron a este gobierno pseudo progresista, y a sus cómplices patoteros de la burocracia sindical, una victoria que significa un paso importante en el avance hacia el socialismo.

De todas formas es claro que el costo que paga el gobierno es distinto con o sin asesinato. Para ciertos sectores de la sociedad son Cristina y Moyano quienes deben revertir la carga de la prueba y no los miembros de la Unión Ferroviaria que participaron ese día del conflicto. En efecto, como Cristina y Moyano son aliados políticos y como Pedraza está dentro de la CGT sin mediaciones se responsabiliza al gobierno y a la Central Obrera.

¿Y por qué esto es así para ellos? Fácil, porque el poder no lo tiene Pedraza, el poder para ellos lo tienen Cristina y Moyano. Un ejemplo, recuerdo que hace algunos años había una consigna del PO que era “Fuera De la Rua”. Luego de los sucesos de diciembre de 2001 y ya asumido Duhalde le pregunté en chiste a un militante del partido obrero qué iban hacer ahora que De la Rua no estaba más. Él me contesto muy seriamente: “ser revolucionario es muy fácil, ahora es fuera Duhalde”.

Poco importan las internas existentes en la CGT, la alianza de sectores ligados a la oposición con los dirigentes de la Unión Ferroviaria. Poco importa también declarar en la justicia. En efecto, a esta también se le adjudica el mismo argumento: es justicia burguesa por lo tanto la clase obrera no debe esperar nada de ella.

En este sentido, también nosotros no debemos esperar demasiado de los partidos troskistas. Esa siempre fue su línea política y siempre la va a hacer. Ahora me gustaría referirme a algunos de los que en algún momento me pareció que se podía esperar algo.

Esos que le pegan a Moyano por ser aliado de Pedraza y estar a favor de la precarización y la tercerización de las condiciones de trabajo, pero cuando los camioneros cortaban la entrada de Siderar justamente reclamando el pase a planta de los contratados era un matón.

Esos que le quitaron el apoyo a un proyecto de ley de Julio Piumato y Héctor Recalde para regular el trabajo tercerizado. Sí, estoy hablando del Pinolandia y su parte acólita de la CTA con De Gennaro. Que ahora desconocen el pedido del Comité Arbitral de que se vuelvan a hacer las elecciones de la central…Un verdadero ejemplo de democracia y transparencia sindical.

Islas Malvinas: La actitud de la prensa cipaya

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El 15 de enero de 1833, Manuel V. Maza, ministro de Relaciones Exteriores, presenta una protesta ante Philip G. Gore, encargado de Negocios británico en Buenos Aires, haciéndole saber que “el comandante de la corbeta de guerra Clio, de SMB, ha ocupado en las Islas Malvinas la de la Soledad, enarbolando el pabellón inglés donde flameaba el de la República Argentina”.
Toda la prensa se hace eco de la conmoción que produce la noticia. La Gaceta Mercantil, El Lucero, El Federal oscilan en sus notas entre el estupor y la indignación. (…)Recientemente, el 9 de octubre de 2010, el gobierno argentino presentó una nota de protesta al Reino Unido por la anunciada realización de ejercicios militares con misiles en las Islas Malvinas, al considerar que se trata de “una provocación inaceptable”, que la decisión británica “contraviene el objeto y el fin de los acuerdos bilaterales sobre medidas de fomento de la confianza en el orden militar vigentes entre los dos países”, y “se enmarca en la persistente e inexplicable falta de respeto por parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a las decisiones de la comunidad internacional”, entre otras consideraciones.
Como aquella vez, toda la prensa se hace eco de la conmoción que produce la noticia (…) La conferencia es descripta con tintes sombríos: “En la Sala de Conferencias de la Casa Rosada se vieron nerviosas escenas de preparativos de empleados que fueron llamados de urgencia. Por las fallas en el audio, D’Alotto debió repetir el anuncio dos veces, para que la televisión tomara el sonido.” A renglón seguido las conclusiones: “Las confusas escenas desataron sospechas de la posible intención del gobierno de sobreactuar el conflicto, en medio de una coyuntura local delicada y complicada por derrotas judiciales en su pelea con la prensa, fallos adversos de la Corte Suprema, críticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina.” ¿Es un medio inglés? No. Es una nota publicada por el diario La Nación en su edición del domingo 10 de octubre. A este medio le parece muy extraño que el gobierno británico no haya notificado al gobierno argentino que hace ya muchos años que viene realizando ejercicios militares con misiles en las islas (…) Los más conspicuos defensores de la posición británica son, lamentablemente, algunos medios de comunicación argentinos.
El Cronista Comercial, en su edición del 13 de octubre, publica una nota de sugestivo título: “Malvinas: las pruebas de misiles se hacían en público desde 1982”. En ella, se pone de manifiesto un obsceno interés en abonar la tesis británica. Afirma que “el Comando de las Fuerzas Británicas de las Islas del Atlántico Sur” ha hecho público que “se disparan misiles en las Malvinas dos veces por año desde 1982”. Ignacio Miri, autor de la nota, se puso a escarbar en Google hasta dar con el sitio de la revista The Gunner, publicación del Real Regimiento de Artillería británico. En el número correspondiente al mes de febrero de 2010 encontró una nota, firmada por un tal Sam Fogerty, que da cuenta de la realización de ejercicios misilísticos en Malvinas entre el 4 y el 17 de octubre de 2009. ¡La prueba irrefutable! El Foreign Office tiene razón, el odiado gobierno argentino sobreactúa con fines espurios. Quiero creer que el autor conoce la diferencia entre una comunicación oficial de un Estado a otro en cumplimiento de tratados vigentes, y un artículo publicado en una revista.
Lo más asombroso es que estos medios no han tenido el menor reparo en cambiar radicalmente el eje del problema (…) El diario La Nación resolvió, entonces, consultar una fuente autorizada. El periodista Lucas Colonna entrevistó telefónicamente a la señora Jan Cheek, de la Asamblea Legislativa del gobierno de ocupación de Malvinas. Gracias a su publicación en la edición de La Nación del 13 de octubre, nos enteramos que “con elocuente calma” comentó que “hay una gran confusión sobre el tema. Esto no parece ser entendido por la presidenta Kirchner. Se trata de un ejercicio regular que se hace cada seis meses y se ha hecho por más de 20 años.” El periodista de La Nación realizó, entonces, la crucial pregunta: “¿Puede afirmar que cada vez que se hizo un ejercicio de este tipo se informó a las autoridades argentinas correspondientes?” La señora Cheek contestó sin titubear: “Absolutamente. Es parte del procedimiento.” (…) No creo que John Rankin, director para las Américas del Foreign Office, la llame desde Londres para consultarla sobre temas militares y mantenerla al tanto de las comunicaciones que el gobierno del Reino Unido mantiene con el de la Argentina. “Estoy sorprendida de que no estén al tanto. No lo entiendo. Me parece que es una sobreactuación, porque es un ejercicio regular”, contestó Cheek. Y agregó refiriéndose a Cristina Fernández de Kirchner: “Me pregunto si esta sobreactuación es porque tiene elecciones el próximo año.” ¡Ya está! Misión cumplida. Sin duda, Colonna va a ser felicitado por su entrevista (…) Parece que todo límite ya se ha sobrepasado
No es la primera vez que sucede en nuestra historia nacional. Hace tiempo que la cultura y experiencia política de los pueblos acuñó el término “cipayos” para señalar a los que traspasan ese límite. No encuentro una palabra más apropiada. 

La Pasión según Van Der Kooy

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Pecados imperdonables, lapidación, furia, ¿es una nueva versión de La Pasión de Cristo? No, es la columna del día 20/10/10 de Eduardo Van der Kooy en Clarín.


Lo interesante de las columnas del periodista mencionado es la gran cantidad de metáforas que poseen. El miedo, el terror, la traición, el acoso, los pecados, etc., están más que presentes en sus escritos, generalmente como articuladores de afirmaciones con pocos argumentos. Así desfilan “Moyano tiene una rica historia en el acoso”, “se agrava en la Presidenta una raíz autoritaria”, “Scioli arrastra otro pecado imperdonable para el credo matrimonial: su resistencia a enfrentarse con los medios de comunicación. Por esa resistencia sería también merecedor de la lapidación política a la que lo están sometiendo los Kirchner” o “la furia contra el periodismo retornó con bríos”. 

Ahora bien, vayamos por partes y tratemos de descubrir que hay detrás de la sangre y el miedo. Sin respetar el orden de aparición en la nota podemos decir que: a) Scioli está con pie afuera del dispositivo político que estructura al gobierno nacional con el provincial. Está línea no es nueva en Van Der Kooy. Ya la ensayó luego de finalizadas las últimas elecciones en donde se decía que Kirchner lo había responsabilizado de haber sido artífice de la derrota frente a De Narváez. En este sentido, dedicó varias columnas para hablar sobre este tema y luego se fue diluyendo.

Desde hace unas semanas se vuelve al tema, ahora con la supuesta intención de Scioli de candidatearse a presidente. Si bien esta no es la línea central que trabaja el artículo, es cierto que el nombre del mismo Moyano, ejecutor de la radicalización K, tiene al Secretario General de la CGT como aquel que disciplina a Scioli con huelgas y todo tipo de artimañas para lograr que se baje de su candidatura.                           

De todas formas, y como decíamos, esto no es nuevo. El domingo 6 de setiembre de 2009 Eduardo Van Der Kooy decía “El proyecto político de Scioli -ocho años en la Provincia- estaría ahora condicionado por Kirchner y por Aníbal Fernández. El jefe de Gabinete sueña con dos cosas: que el ex presidente pueda ser otra vez candidato a presidente o, al menos, muy influyente en el PJ cuando llegue el 2011; cualquiera de esas variantes facilitaría su anhelo de convertirse en postulante por Buenos Aires.”

Como se ve, la estructura argumental es la misma. Scioli quiere algo que alguien dentro del gobierno o cercano a él se lo quiere impedir y por lo tanto esto implicaría un alejamiento o una ruptura con el entramado político del oficialismo. Hoy por hoy para Van Der Kooy ese proyecto político de ocho años se acabó y Scioli quiere ser presidente y nada más que presidente.

Vayamos ahora al punto b). Este es el poder político desmesurado que va adquiriendo Moyano. Para el periodista es el ejecutor de la radicalización del gobierno. Si bien no explicíta a qué llama radicalización, es cierto que hace mención a -sin decirlo- el proyecto ley de participación en la ganancias cuando sostiene que Moyano pide “que los gremios tengan derecho a revisar los libros contables de las empresas.” En este sentido, descontextualiza algo obvio. Si la ley se llegará a promulgar es evidente que los trabajadores van a tener acceso a libros de la empresa para poder ver cómo finalizan los ejercicios contables de las mismas. Pero, si se dice sólo que los trabajadores quieren espiar eso genera un efecto negativo para todos aquellos desprevenidos que leen la nota. Sobre todo, cuando el proyecto del gobierno va cosechando defensores, incluso insospechados, como puede ser Julio Cobos.

Por último, vayamos al punto c) y a otra de las grandes afirmaciones: “se agrava en la Presidenta una raíz autoritaria”. Qué se puede decir al respecto. Hagamos un esfuerzo... esto se debería a que, según Van Der Kooy, “ayer Cristina desarchivó la idea de nacionalizar los medios porque, simplemente, varios tienen una visión distinta de la de ella.” Lo interesante es que en la misma nota hacia el final repite la misma frase pero con una aclaración y un matiz “Cristina habló de un impreciso deseo de nacionalizar los medios. Aclaró que no refería a ninguna estatización.”

Analicemos esto detenidamente. El periodista desprende la idea de que la raíz autoritaria de la Presidenta resulta de una afirmación que luego él mismo relativiza. Entonces, ¿en qué quedamos? Para respondernos esta pregunta tendríamos que hacernos eco de las propias palabras de Van Der Kooy: “por definición, el periodismo no está para caerle bien a ningún poder.” Es claro que este último no entra en esta definición y que, por lo tanto, el poder al que él intenta caerle bien es aquel para el cual la idea de nacionalización es un pecado.

Nacidos de un repollo. Ciencia, periodismo y justicia.

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¿Por qué hablar críticamente sobre la justicia y el Poder Judicial es, para algunos, hablar contra la democracia? ¿Por qué humanizar a los jueces y presentarlos con intereses políticos, como los de cualquier otro mortal, es tomado como una afrenta contra el credo republicano y liberal?

El problema planteado no es exclusividad de los jueces y del Poder Judicial, con las peculiaridades propias de cada caso también se plantea para la ciencia y el periodismo. En el caso de la primera, este se planteó al momento en que comenzó a construirse más seriamente una historia de la ciencia. Es así que muchos sostenían que la historia de la física la tenían que escribir los físicos, la de la química los químicos y así sucesivamente. El argumento giraba en torno al hecho de que nadie sabía más sobre la propia disciplina que aquellos que la practicaban. Es así que cuando sociólogos y filósofos comenzaron a indagar sobre la práctica científica y comenzaron mostrar las creencias y prácticas que sostienen muchos científicos, y que se distancian mucho de lo que dicen que hacen, fueron tildados rápidamente de estar en contra del desarrollo de la ciencia, o de oscurantistas y epítetos por el estilo.

Lo mismo ocurre con el periodismo, reconstruir críticamente las formas en que se construyen las noticias, identificar los intereses que defienden y las ambigüedades de sus dichos es estar en contra de la libertad de expresión. Por ejemplo, si alguno quisiera analizar críticamente la frase de Eduardo Van der Kooy, publicada en el Clarín del 17/10/2010, en donde se refiere al ministro de Economía Amado Boudou: “Pero donde aparece arma líos y conflictos. El matrimonio no lo despide por su empeño para guerrear con los medios de comunicación.” Rápidamente puede ser tildado de defensor K, o de ultrakirchnerista. Pero, tal vez, lo único que uno quería preguntarse es de dónde sacó que al ministro no lo rajan por el motivo que el periodista expresa. Además, si se lee con atención la nota citada no se desprende de ninguno de los hechos presentados por Van der Kooy tal afirmación.

Con respecto a la justicia pasa algo parecido. Tal vez el ejemplo más claro de esto se exprese en su posición respecto a la existencia de un convenio colectivo para los trabajadores del poder judicial. Sostienen que en la justicia no puede haber paritarias porque eso implicaría que el Poder Ejecutivo interfiera en el Poder Judicial, lo que atentaría contra la independencia de poderes. De hecho, aún hoy, algunos tratadistas administrativos sostienen que no tendría que haber actividad gremial en el poder judicial.

Recapitulando: ¿cuál es el hilo conductor de estos tres argumentos? El argumento de que todas estas instituciones tienen la potestad de juzgarse a ellas mismas. Que habría una esencia que les garantizaría ser objetivas por naturaleza y, que esta objetividad garantiza, por sí misma, la independencia de cualquier interés político.

Ahora bien, la independencia nunca es total. En este sentido, cuando se manifiesta que la justicia es independiente del Poder Ejecutivo, o que el periodismo es independiente del gobierno, no tenemos que dejar de preguntarnos de quién depende y dependió.

De todas formas, debemos saber que frente a preguntas de este tipo vamos a experimentar al otro hilo conductor de los casos planteados. A saber: la defensa corporativa, el abroquelamiento. Pero justamente, esa reacción es ya un indicador de las alianzas existentes entre los poderosos en argentina.