Desarticulando la opereta

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Desde este blog se defiende la política del gobierno nacional. Se apoya a la política impulsada en primer lugar por Néstor Kirchner y, en segundo lugar, la continuidad que representa el actual gobierno de Cristina Fernández. De todas formas, hoy nos proponemos algo distinto: tratar de analizar críticamente la columna del 31/10/2010 de Joaquín Morales Solá sin hablar bien del gobierno. Demos paso a este pequeño experimento.


La nota está dividida en cuatro secciones. La primera de ellas trata de presentar el rol que cumplía Néstor Kirchner dentro del gobierno sin estar formalmente en él (puntos a, b y c). La segunda parte, en donde intenta definir al kirchnerismo (puntos d, e, f y g). Una tercera parte en donde el periodista intenta mostrar lo mal que se trató a la oposición en el velorio del ex presidente (no vamos a referirnos a este tema porque los dichos de los mismos opositores en los medios desacreditan lo que Morales Solá dice en esta nota). Por último el papel que juega Cristina Fernández en la nueva etapa que se abre y en su relación con la CGT y con el peronismo (puntos h, i, y j)

Cada uno de los puntos mencionados son citas textuales de la nota reseñada y luego de ser transcriptos trataremos en unos pocos párrafos de analizar críticamente lo que en ellos se dice. Cerraremos con una pequeña conclusión en donde intentaremos sistematizar a la nota en su totalidad. Empecemos entonces.


a)      “El país ha perdido al jefe de la estructura política gobernante y, en los hechos, al ministro de Economía de los últimos cinco años.”
b)      “Ese vacío no lo podrá llenar una militancia activa y, a veces, sectaria, ni la invocación al supuesto renacimiento de un kirchnerismo confuso e inasible.”
c)      “¿Está dispuesta Cristina Kirchner a aceptar que la política no se rige por lo excepcional, sino por reglas más prosaicas y permanentes? O está decidida, acaso, a dejarse llevar por la mística de una épica etérea y exaltada para conducir la nación política?”

Que el jefe de la estructura política gobernante murió todos lo sabemos, que también murió el ministro de Economía de los últimos cinco años no lo podemos afirmar. Aparentemente Morales Solá sí. De todas formas, es claro que esa afirmación se sostiene a partir de lo que transcribimos en el punto b). Cristina está sola y la militancia no puede llenar el espacio dejado por el gobierno. Se ningunea a los ministros y a todo el personal técnico que forma parte del Poder Ejecutivo. Está dejando entrever que hay debilidad y que esa debilidad terminará haciendo naufragar el gobierno.

Según Morales Solá (punto c), la Presidenta considera que la política se rige por lo excepcional. ¿De dónde lo saca? Además pareciera que Cristina Fernández duda entre una antinomia que va del polo representado por una épica etérea y exaltada y otro polo que no sabemos cuál es. ¿Cómo lo sabe? No olvidemos que ante afirmaciones de este tipo es él quien tendría que invertir la carga de la prueba. Pero no lo hace. No demuestra, sólo afirma.

Esto es muy importante, como veremos más adelante esta posición del periodista es la que sostiene toda la nota. En última instancia, la operación busca ningunear el apoyo militante que tuvo el gobierno en la plaza para poder posicionar la idea de que después de Kirchner no hay nadie que puede controlar políticamente a nadie. Vayamos entonces a los puntos que siguen. Como podremos ver en la definición que da Morales Solá del kirchnerismo.


d)      “¿Qué es el kirchnerismo? una corriente política que respondía a la dirección de un líder duro e implacable. nunca definió el contenido de ese modelo, que lo constituía, sobre todo, un proyecto personal de poder.”
e)      “Kirchner capturó las estructuras provinciales del peronismo y a sus líderes, mediante la generosidad financiera o el castigo implacable hacia los gobernadores, con la sola excepción de la provincia de Buenos Aires. ¿Cuánto de kirchnerismo había entre esos seguidores?”
f)        “A pesar de todo, Néstor Kirchner era, en el frente y en el fondo, un peronista que sólo aspiraba a cambiar algunas políticas, no todas, instauradas por Menem en los años 90. Le interesaba más la creación de una imagen que la esencia de ella.”
g)      “El kirchnerismo es, entonces, una invención de su creador, y su capacidad de supervivencia está a prueba. Hay algunas señales, malas, de ciertas innovaciones que hizo el kirchnerismo. Una de ellas (quizás la que más se notó en los días de dolor y luto) fue el paréntesis de los últimos años en la enseñanza democrática que todos los gobiernos desde 1983, con sus más y sus menos, habían hecho. Esa lección consistía en que la democracia es un sistema político de luchas, de negociaciones y de acuerdos que sólo excluye a la violencia. Kirchner nunca predicó ese evangelio; ni siquiera repudió la violencia.”

Ahora bien, en este párrafo define al kirchnerismo como un proyecto personal de poder. De la mística ni mención. Pero, y planteándolo desde el absurdo, ¿por qué no podría ser el proyecto personal de poder de Cristina? Morales Solá no lo plantea. Esto es porque aquí es donde aparece la otra operación de ninguneo. Cristina no tiene el poder, no se la considera la Presidenta de la Nación, sola la viuda de Kirchner

La verdad que no tenemos la respuesta para la pregunta acerca de cuánto kirchnerismo hay en los intendentes y gobernadores. De todas formas, la idea de Morales Solá es que en definitiva, no sólo Kirchner tenía un proyecto personal de poder, sino todos los gobernadores e intendentes del país que se reconocían dentro de la estructura kirchnerista. Es decir, son todos unos facinerosos sin convicciones políticas que harían cualquier cosa por mantenerse en el poder.

El punto g), como siempre, es el más interesante: ¿Qué es repudiar la violencia? Lo que pasó con los tercerizados del ferrocarril fue condenado por el ex presidente. Su política de no represión es indiscutible. Fue mediador entre Colombia y Venezuela, se opuso al golpe en Honduras y en Ecuador. ¿Cuál es la operación que está por detrás? Violencia es la gente en la calle. Pero sólo son violentos aquellos que defienden una “mística de una épica etérea y exaltada”. No lo son ni los ruralistas que cortan rutas ni los asambleístas de Gualeguaychú.

Vayamos ahora a las apreciaciones que hace el periodista de La Nación sobre la Presidenta de la Nación. Estos párrafos son imperdibles

h)      ¿Y Cristina Kirchner? La Presidenta tiene dos perspectivas seguras: los barones del peronismo no la dejarán sola frente a la responsabilidad del gobierno (¿por qué lo harían?) y ningún presidente tiene negada de antemano la posibilidad de una reelección. Pero tendrá que ponerse a trabajar en ella. El problema de la Presidenta es que, al revés de su marido, es una peronista sólo emocional, pero distante de la estructura del peronismo. No la conoce, no le gusta y, encima, la aburre. El peronismo, por su parte, nunca la consideró una dirigente cercana.
i)        Néstor Kirchner jamás hubiera destratado, por ejemplo, a Hugo Moyano como ella lo hizo junto al féretro de su marido. Cierta razón tenía Cristina Kirchner. En la última noche de su vida, el martes último, Néstor Kirchner debió aguantar en El Calafate una dura conversación con el líder camionero. No se sabe si la causa fue porque casi ningún kirchnerista concurrió a una reunión del peronismo bonaerense convocada por Moyano o si éste se quejó porque Kirchner no frenaba la mano del juez Claudio Bonadío, que ya lo tiene entre las cuerdas. La cercanía de los jueces preocupa a Moyano más que los desertores del peronismo.
j)        Lo que no sabía es que Amado Boudou se quedaría sin ministro. Kirchner fue el ministro de Economía desde que se fue Roberto Lavagna, el último jefe real del Palacio de Hacienda. Los demás ministros, incluido sobre todo Boudou, eran meros Secretarios de Estado; sólo aprendieron a gastar. Kirchner era el que sabía con qué plata se contaba y dónde estaba.

¿Qué significa que la Presidenta es sólo una peronista emocional? De dónde saca que no conoce estructura del peronismo. ¿Y que la aburre? Es claro que puede no gustarle pero qué tendría eso de malo. Es claro que Joaquín Morales Solá se olvida el rol que cumplió la Presidenta en el Congreso del PJ del año 2003. Es congresal del PJ. Nadie puede negar que no conozca la estructura del Partido Justicialista. El peronismo nunca la consideró una dirigente cercana pero se le ofreció la presidencia. Nuevamente se está intentando ningunear, en este caso indirectamente, el apoyo recibido por la Presidenta.

El destrato a Moyano es básicamente una chicana para tratar de sembrar la semilla de la duda acerca de la discusión entre Kirchner y el Secretario General de la CGT. ¿Puede alguien realmente en sus cabales que, de haber existido, esa fue la primera discusión fuerte entre ellos?

El punto j) es realmente risueño. Nuevamente, ¿puede alguien creer que el Ministro de Economía no sabe con qué plata se cuenta y dónde está? Es realmente increíble que se puedan afirmar cosas de ese talante.

Conclusiones

La nota cierra con la afirmación: “La Presidenta podría creer que la economía y la política se resuelven sólo con la promesa de un proyecto entrañable, heroico y aéreo. Sería el triunfo de la voluntad sobre la ciencia, de la inspiración sobre la inteligencia.” Es poco serio plantear que el modelo económico sostenido por la presidenta es eso. En todo caso puede no gustar. De hecho eso es lo que sucede pero no se lo dice; lo que nos muestra esta frase es el estilo que recorre a la nota de cabo a rabo. Afirmar con frases fuertes cosas que no pueden ser comprobadas.

Esta es una de las formas de marcar agenda. De cuarta, pero forma al fin. Presentar una presidenta débil que con la muerte de su marido no es nada. Ningunear y tratar de violentos a todos aquellos que fueron a la Plaza de Mayo a despedir al ex presidente y a brindar apoyo al gobierno. Desacreditar el proyecto económico del gobierno no por malo, sino por inexistente.

Al leer la nota de Morales Solá se me ocurre parafrasearlo. Lo que él busca con sus afirmaciones es el triunfo de la voluntad sobre la ciencia, de la operación mediática sobre la política. Porque él mejor que nadie aprendió esa máxima sociológica. No importa lo que es, sino lo que la gente cree que es. Si la gente cree que Cristina dependía para todo de su marido, que el apoyo recibido no vale de nada porque son todos violentos, que en el kirchnerismo son todos facinerosos sin convicciones y que no hay un proyecto político económico por detrás… así será. Por suerte todavía nos queda el pensamiento sobre la opereta berreta.
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