El Caburé no es un pingüino

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La fauna argentina es muy variada, y más en lo que refiere a las aves. Hoy nos vamos a referir a tres variedades autóctonas del Caburé. Para los que no lo saben, esta última es un  ave de rapiña de color castaño con algunas manchas blancas. Es parecido a la lechuza, pero más pequeña. En términos científicos, se conoce con este nombre a varias aves rapaces nocturnas (Strigiformes) del género Glaucidium.

La característica principal de esta ave es que con su mirada y su silbido seduce a su presa -casi siempre más grande que ella. Hechizadas las aves, revolotean alrededor del Caburé y éste elige una para su alimentación. El grito de la presa, al momento que el caburé le clava sus uñas, espanta a las otras.

Las variedades a las que nos vamos a referir en el presente artículo tienen un origen incierto. La hipótesis que por hoy tiene más fuerza es la que sostiene que son creaciones de laboratorio fruto de manipulaciones genéticas en la última dictadura militar. La particularidad que poseen es que, a diferencia de las de su misma especie, se alimentan de la sangre de sus presas y al mismo tiempo las convierten en zombies que repiten su canto sin pensar.

Según reza el dicho popular, a los pájaros se los reconoce por su canto. Es por eso que vamos a intentar describir el trino de cada una de estas tres variedades para no caer hipnotizadas/os por su canto.

a)      Nombre científico: Mercenarius disfrazadis de desarrollistus. Nombre común: Eduardo Van Der Kooy. La estructura típica del canto de esta variedad sigue una métrica que integra una gran variedad de oraciones condicionales para poder concluir con una afirmación tajante. Por ejemplo: “Con el ex presidente en vida abundaron como ahora las sospechas sobre compra de votos, legisladores extrañamente ausentes o que, de repente, asumieron en ambas Cámaras la defensa de posturas kirchneristas. Aquellas presunciones nunca lograron ser verificadas pero encajarían, como letras de un crucigrama, en el concepto que el ex presidente poseía de la construcción del poder y la política.” (El resaltado es nuestro).
b)      Nombre científico: Bussistus disfrazadis de republicanis. Nombre común: Joaquín Morales Solá. La peculiaridad del trino de esta variedad es que blanquea y justifica lo horrendo. Por ejemplo: a) "Una madre que siempre habló de adopción" (Sobre Ernestina Herrera de Noble). b)   "El contexto de 1976 no era el de hoy. Aun las personas que luego formarían la trágica saga de desaparecidos, en aquel año no eran consideradas como tales por ningún argentino que no estuviera en el corazón del poder militar".
c)      Nombre científico: Conservadoris disfrazadis de academicus. Nombre común: Carlos Pagni. De las tres variedades presentadas, esta es la que tiene el canto más refinado. Es por eso el más difícil de contrarrestar. La métrica de su trino combina la subestimación de las acciones a partir de obviar otras más que importantes. Además, trafica influencias para cantar por encargo. Por ejemplo: “Cristina Kirchner anunció anoche que el Club de París aceptó negociar la deuda de 7700 millones de dólares de la Argentina sin la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI). Expuesta así, con solemnidad, por la cadena nacional de radio y televisión, la información tiene la apariencia de una novedad. Sin embargo, ese impacto es engañoso. El Gobierno ya dio esta misma noticia hace más de dos años. En septiembre del año 2008, la Presidenta comunicó que se usarían 6706 millones de dólares de las reservas del Banco Central para salir del default con el Club”. Como se puede ver presenta como algo menor que a pesar de la profunda crisis en la que se encuentra el capitalismo global, Argentina todavía pueda pagar con reservas al Club de París.
Es de suma importancia reconocer el trino de estos pájaros, como el del resto de los zombies por ellos infectados, para no terminar cantando tonadas que desafinan dentro de la armonía que plantea la realidad política y económica argentina. A no olvidarse: existe un antídoto infalible contra estas variedades del Caburé… Pensar. 
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