A la cama con Van Der Kooy

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¿Alguno recuerda ese programa humorístico argentino denominado las Gatitas y Ratones de Porcel? Aquel en el cual el gordo luego de rematar de manera chabacana algún chiste se preguntaba: “¿No es fino?”

Bueno, la columna del domingo 6 de febrero de Eduardo Van Der Kooy además de ser chabacana, es una hermosa pieza de fina bajada de línea política. Desagreguemos un sus argumentos para tratar de explicar un poco más a qué nos estamos refiriendo.

Según nuestro periodista amigo la realidad política argentina se rige por una gran incertidumbre respecto de su futuro. Esta última, se debería al alto nivel improvisación con la que se maneja, lo cual la dejaría mal parada frente a las “democracias serias” del resto del mundo.

“Textualmente: “Las referencias no serían las democracias de Francia, Alemania o España. Un año antes de las elecciones, Brasil sabía que el ganador saldría entre Dilma Rousseff, ahora presidenta, y el paulista José Serra. En Uruguay, tampoco había dudas en torno a José Mujica o Luis Lacalle. En Chile, sucedía algo similar con Santiago Piñera y Eduardo Frei. Ese repaso podría extenderse.”

En este sentido, vemos que la incertidumbre se debe a que, a nueve meses de la elección, todavía no se sabe quién enfrentaría a Cristina Kirchner en un supuesto ballotage. Analicemos un poco más la línea de argumentación de Van Der Kooy.

¿Cuál es el problema para Clarín? No hay un candidato a quien apoyar en las elecciones en contra del proceso instaurado por el frente para la victoria. Es por eso, que la primera parte de la nota reclama implícitamente un candidato. La columna pareciera reclamar por lo bajo un candidato.

En una segunda parte, la nota explicita el grupo de poder que está dispuesto a apoyar la candidatura de aquel que se erija como paladín opositor. En este sentido, y encubriéndolo detrás de una crítica a Moreno dice: “Prohibió a un grupo de empresas que aumentaran sus precios. Una, fue la siderúrgica Techint y la otra, Cablevisión, perteneciente al Grupo Clarín. Ambas integran la Asociación de Empresas Argentinas (AEA) que el kirchnerismo identifica con sus enemigos políticos.”

En una tercera parte, detrás de una crítica a Amado Boudou -por cierto uno de los candidatos fuertes del FPV en la Ciudad de Buenos Aires- les dice a aquellos que quieran el apoyo de AEA que deben dejar de controlar a Papel Prensa y devolver el fútbol a las arcas del monopolio.

Para finalizar muestra con datos provenientes de encuestas de opinión que se le puede ganar a Cristina las elecciones pero que para eso se necesita un candidato a quien apoyar y no continuar un arco opositor desperdigado.

Entonces, como diría el Gordo Porcel: ¿No es fino?
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