La ingeniería electoral que se está practicando con miras a las elecciones presidenciales de octubre, merece aunque sea algunas líneas por parte de este modesto blog. Nos vamos a referir en este caso a la disputa por las colectoras en provincia de Buenos Aires ya que por su envergadura impactan tangencialmente en algunos distritos del país y condicionan, por lo tanto, algunas de las alianzas electorales que se dan hacia el interior del FPV.
En primer lugar, describamos el escenario tal cual lo vemos, y a su vez es construido, por lo medios y operadores políticos de las distintas facciones y corrientes. Por un lado, tenemos a Daniel Scioli con el apoyo de ciertos sectores del peronismo partidario y también movimientos sociales como puede ser el Movimiento Evita y, por el otro, a Martín Sabatella que cuenta con el apoyo de algunos intendentes oficialistas enfrentados con el gobernador de la provincia de Buenos Aires -es el caso del Barba Gutierrez-. Este último, también tendría buena llegada a cierto electorado de clase media urbana y progresista de la Capital Federal y de la Provincia de Buenos Aires.
En segundo lugar, según nos muestran los medios -desde Página 12 hasta Clarín y La Nación- habría una avanzada sobre el gobernador Scioli desde determinados sectores del gobierno, cercanos al principal dirigente del EDE, que lo golpean, principalmente, por su política de seguridad y su defensa del ministro Ricardo Casal. Los medios opositores amplifican esta disputa interna y colocan a la Presidenta como ya tomando partido por Sabatella. Por propiedad transitiva suponen que como ciertos sectores de la provincia de Buenos Aires apoyan a este último, tendrían el apoyo de Cristina. En definitiva, tenemos -aunque con objetivos distintos- a espacios oficialistas y opositores operando en oradar la relación entre la presidenta y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
No estamos diciendo que la propiedad transitiva no funcione en política, lo que estamos diciendo es que para aceptar esto como cierto nos está faltando información. No conocemos cuál es el acuerdo existente, hoy poy hoy, entre Scioli y Cristina Fernández, también estamos perdiendo de vista algo básico que todos saben, incluido Scioli: si se hace política hay heridos. La presidenta no puede impedir que aquellos que la apoyan no se disputen internamente espacios de poder. Y además, los que están disputando saben que no pueden pedir, al menos públicamente, la intervención de Cristina para dirimir el conflicto. “Pasará pasará y el último quedará”.
Esto lo saben todos, pero todos buscan obtener rédito de aquello que ya se instaló: “Cristina prefiere a Sabatella”. Por suerte, Cristina prefiere, dentro de la estrategia electoral, lo que le garantice la continuidad del proyecto más allá del 2011. Y esto lo sabemos porque hay silencio y no hay dedo. “Hagan juego”.
Aquí es donde queda bien claro los objetivos de opositores y oficialistas en su intervención en la interna bonaerense. Mientras los primeros quieren un candidato a presidente buscando que Scioli saque los pies del plato, los últimos quieren construir una alternativa “progresista” al cacicazgo bonaerense.
De todas formas, esto que todos nos quieren vender como una novedad en el escenario político de la Provincia de Buenos Aires, es algo que viene ocurriendo desde hace ya unos cuantos años. De hecho, el mismo Barba Gutierrez entre otros, llegó a su cargo por una colectora. En este sentido, Martín Sabatella es hoy un nombre a partir del cual se intenta aglutinar un proceso político que tiene cierta autonomía relativa del proceso kirchnerista –no nos estamos refiriendo a una cuestión ideológica, sino a que existe más allá del kirchnerismo.
Ahora bien, para muestra de que esta autonomía sólo se expresa en la Provincia de Buenos Aires, y Martín Sabatella es nada que un nombre, analicemos qué sucedió en la Ciudad de Buenos Aires cuando el ex intendente de Morón presionó con una colectora si Filmus no era el candidato del FPV. Le dijeron, siguiendo con las metáforas asociadas al escolazo, “no va más”.
Entonces, cómo leer el silencio en la provincia de Buenos Aires. En primer lugar, tenemos que decir que en la CABA nunca se ganó y en Provincia se perdió en 2009. Además, hay tres candidatos del riñón que miden bien y no se necesita a un extra partidario bendiciendo a uno de los posibles candidatos oficialistas. Por el contrario, en provincia de Buenos Aires, Sabatella otorga un porcentaje de votos que es importante recuperar y que, por ahora, no pone en cuestión la victoria del oficialismo en este distrito electoral.
Como cualquier ingeniería, la electoral se rige por los números. Números que condicionan el armado de las alianzas. En este sentido, no tenemos que pensar a las mismas sólo extendidas a las candidaturas a presidente y gobernador, sino también en el espacio de los intendentes. En el primero de lo casos, la colectora de Sabatella sólo va a estar habilitada mientras no ponga en riesgo la victoria de las presidenciales y permita a los que lo apoyan ganar espacios de poder en el territorio bonaerense. En otras palabras, muchos de los que ven con buenos ojos hoy a las colectoras no apoyan al titular del EDE. Hacen su juego, no porque les disgusta la idea de otro mandato de Scioli, sino porque con otro candidato que no divide a nivel nacional, sino solo en el espacio provincial ganan poder.
Otro es el tema con los intendentes del conurbano que van con las colectoras. Si tomamos por caso al Barba Gutierrez, el escenario tiene un cariz particular. Quilmes no es un distrito caracterizado por reelegir jefes comunales y el candidato de Scioli obviamente no es el ex Secretario General de la UOM de esa seccional. De decir en diciembre que quería ser el vice de Scioli, hoy parece oscilar, de acuerdo a algunos medios, entre la vicegobernación con Sabatella, o presentarse como candidato a intendente por la lista de este último, sin pasar por la interna del peronismo que pareciera estar muy difícil para él.
Vayamos por partes, Gutierrez es miembro de la Corriente Nacional de la Militancia, de la cual forma parte el Movimiento Evita que a su vez tiene en uno de sus miembros al Secretario de Participación Ciudadana de la Provincia de Buenos Aires, que implica una importante estructura así como una clara alianza entre Scioli y la pata más fuerte de la corriente.
Con esto último queremos decir que, evidentemente ninguna estrategia política nacional se va a suicidar por que algunos intendentes políticos del conurbano están en contra de Scioli. Pero también y como contracara, tampoco hay que negar la posibilidad que la buena imagen de Sabatella nos de algunos votos para sumar en la elección. Sabiendo todos, obviamente, que lo que está en juego es ganar la elección nacional.
Es aquí donde también pueda entenderse por qué la posible candidatura de Sabatella ha hecho cierto eco en algunos espacios de la militancia y, también, entender un poco más el silencio de Cristina. Respecto de esto último, se está dando un escenario, y eso es lo que temen algunos intendentes y a lo mejor el propio Scioli, en donde ya no es que la presidenta suma votos porque va con un gobernador, sino que los candidatos suman votos porque van con Cristina. Entonces, ¿por qué esperar que Cristina bendiga si es su candidatura la que le suma a los otros y no al revés?
En este sentido, si es Cristina la que suma, es lógico que todos aquellos que estén disputando espacios de poder en territorio bonaerense, y consideran que no tuvieron el reconocimiento que se merecían por parte del sciolismo, empiecen a fogonear por abajo la figura de Sabatella.
Para cerrar, y referirnos un poco Sabatella, podríamos trazar una comparación con el affaire Vargas Llosa. Respecto de este último consideramos que se estaba dando por el chancho, más de lo que el chancho vale. Es por eso que nos preguntamos ¿cuánto vale Sabatella en la construcción política del FPV? Tengamos cuidado, no vaya a ser que el efecto simbólico de la derrota en provincia nos haga pensar que ese 5% que sacó el EDE sea la solución a todos nuestros problemas.
"Real politi(k) argentina"
Publicar un comentario